Pensionado de la Defensoría del Pueblo es un barranquillero a morir, que en el trajín de su existencia ha recorrido caminos del corazón y de los asuntos ya cotidianos del país. La obra no pretende sin embargo, mostrar al pie de la letra situaciones amadas o sufridas sino ideas y sentimientos que en el devenir lo afectaron, por encontrarse en ocasiones involucrado. Ha sido escrita dando lectura a algunas realidades que mira no solo con lupas de raciocinio sino esencialmente con emociones en carne viva. Porque sin negar su carga ideológica y literaria, tenemos que reconocer y sentir, de manera fundamental, la vibración de las palpitaciones que estremecen el torrente sanguíneo de todo su ser. Y lo que él quiere mostrar y resaltar con todo el corazón: su amor filial.